A continuación brindamos para todos aquellos que no la conocen un breve resumen de la historia del semioruga de la Asociación.
Allá por 1998, la AACVM elevó un pedido al Comando en Jefe del Ejército solicitando la donación de un vehículo para su restauración y para ser incorporado al patrimonio de la Asociación.
Una vez cumplidos todos los pasos reglamentarios, el pedido se resolvió
favorablemente y el Comando en Jefe decidió la donación de un vehículo de combate semioruga International Harvester M5.
Dicho vehículo se encontraba en la BAL Curuzú Cuatiá. Luego de un tiempo se logro su traslado al Batallón de Arsenales 601 en Boulogne hasta su posterior traslado en el 2001 a la sede que la AACVM tenia en aquel entonces en Villa Martelli.
Este vehículo, al igual que todos los demás semiorugas (salvo contadísimas excepciones) había sido repotenciado en 1978 con la colocación de un motor diesel Fiat CP3, perdiéndose totalmente el rastro de los motores originales International Red Diamond 450B. Al momento de su repotenciación, estos vehículos no solo perdieron su espectacular motor original sino que también fueron despojados de la mayoría de sus accesorios originales que le brindaban gran parte de su singular personalidad.
De todas maneras, cuando llegó el vehículo a nuestra sede se empezó con mucho entusiasmo y vigor con las tareas de limpieza (toneladas de subproducto de palomas, tierra, plumas, etc.) y su posterior desarme y remoción de las innumerables y policromas capas de pintura.
En algún momento se perdió la estropada y se enfrió un poco el entusiasmo, quedando las tareas en un estado de virtual paralización.
En el año 2004, estando ya instalados en nuestra sede actual de Beccar, se procedió al traslado del semioruga desde Villa Martelli a la misma. Luego de un tiempo y una vez avanzados los trabajos de reacondicionamiento del edificio, se procedió a subir al M5 al "primer piso", lo que significó todo un operativo.
Una vez que se lo ubicó en su lugar en el taller, se reiniciaron los trabajos de restauración, los cuales implicaron volver a empezar de cero para eliminar el oxido acumulado. Se siguió quitando pintura y limpiando y aplicando fosfatizantey convertidor de oxido.
Podemos mencionar que los voluntarios para estas tareas nunca fueron demasiado numerosos.
El año pasado y luego de haber estado parado unos 15 años según cálculos, se procedió a poner en marcha el CP3, para lo cual solo hizo falta limpiar y repasar la bomba inyectora. El motor arrancó sin ningún tipo de problemas y funcionó con total normalidad.
Aquí vale la pena destacar la invaluable colaboración de varios socios gracias a los cuales se consiguieron elementos de muy difícil obtención.
Por otro lado, también cabe mencionar el importantísimo aporte de jóvenes socios como los Sres. Ricardo Bustingarria, Gustavo Doval y José Messina quienes con gran entusiasmo realizan distintas tareas en el M5.
Luego de buscar infructuosamente un motor original, a mediados del año pasado se contactó con nosotros el Sr. José Miguel López Gallardo, de Colonia Elisa, Prov. del Chaco, quien adquirió dos semiorugas M5 que habían sido subastados en Diciembre de 1966. Estos vehículos se encontraban con sus motores originales y todos los accesorios de fábrica. Los motores están incompletos y deteriorados por el paso del tiempo a la intemperie.
El Sr. Gallardo ofreció canjear los dos motores Red 450B (para poder armar uno entre los dos) y los accesorios originales que nos faltaban por el motor Fiat CP3. Con la aprobación de la Comisión Directiva se procedió a formalizar el acuerdo y a traer los vehículos a la sede, donde se le sacaron los accesorios que necesitábamos para nuestro M5 y se los está acondicionando para su viaje al Chaco.
Gracias a esta contribución del amigo Gallardo, la AACVM va a poder terminar la restauración de su M5 llevándolo a su configuración original en casi un 100%. En este momento se está trabajando en la recuperación de distintos elementos, como ser el distribuidor, generador, carburador, tablero de instrumentos, etc.
Se estima que en unas semanas se comenzará a trabajar en los motores a fin de determinar los pasos a seguir para armar uno con el otro como donante.
Las nuevas posibilidades abiertas por la aparición del motor y accesorios
originales deberían despertar el entusiasmo de muchos voluntarios más.
Creemos que una vez terminada esta titánica pero interesantísima tarea, la AACVM podrá estar orgullosa de su M5, único en Argentina y quizás en Sudamérica.
Se irán agregando datos y comentarios a medida que se avance con los trabajos
F.J.Clarke.
Arribo a Villa Martelli